Adela Calero, acababa de nacer y, por orden de su médico, se le hizo una radiografía de cráneo. Dos años después, la pequeña Adela hablaba perfectamente español, francés y alemán.
Hoy, Adela tiene 27 años y vive en un pequeño apartamento de Houston (Texas, Estados Unidos), donde trabaja para la NASA dentro de un programa especial para superdotados de todo el planeta.
Entre las pruebas que le hicieron para entrar a formar parte de tan exclusivo club, destaca la de memorización.
"Me tuve que aprender La Biblia de memoria -cuenta Adela-. Tardé menos de cinco horas, aunque habría podido hacerlo en cuatro si La Biblia no hubiera estado en alemán". Además, Adela demostró ante un tribunal especializado, que es perfectamente capaz de construir ella sola una bomba atómica.
Hace dos años, Adela se casó con Arthur Bancroft, fontanero de profesión. El marido está encantado de tener una esposa tan inteligente, aunque Adela siempre dice que el más listo es él: "Puede que yo tenga más cociente, pero Arthur gana mucho más que yo", bromea.
El fenómeno de los tres cerebros no es único en el mundo. El alemán Ricardo Hesse (Berlín, 1675 - Osaka, 1765) nació con cuatro, aunque, al parecer, según estudios de la época, tenía dos atrofiados. A pesar de ello, Ricardo Hesse ha pasado a la Historia por inventar artilugios tan importantes como las compresas con doble absorción, adelantándose a su época en más de dos siglos. Hesse, que murió pobre y encarcelado por un gobernador japonés, descubrió también la rueda de goma y sentó los principios terapéuticos del agua imantada.
Adela Calero -cuyo cociente intelectual es de 386, es decir, más inteligente que Aristóteles y Einstein juntos- todavía no ha inventado nada, pero, en sus ratos libres, trabaja junto a su marido Arthur sobre el proyecto de un grifo celular que no precisa cañerías para llegar a las casas.
Miguel Bravo,
periodista de investigación